Los candidatos presidenciales Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bulllrich (Juntos por el Cambio), Javier Milei (La Libertad Avanza), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda) protagonizaron el primero de los dos debates públicos televisivos.
El encuentro, en esta oportunidad, se llevó a cabo en Santiago del Estero y contó entre sus principales novedades con la posibilidad de que los protagonistas pudieran solicitar, en tiempo real, la chance de tener un derecho a réplica a lo dicho por cualquiera de sus competidores.
En esa instancia, se produjo un particular -y esperable- idea y vuelta entre el titular del Palacio de Hacienda y el líder libertario, quienes en el bloque sobre “Economía” tuvieron un “mano a mano” sobre las cuestiones atinentes a esa temática hasta casi agotar ese beneficio de cara a los otros dos ya que el último fue libre para que cada uno expusiera sus idas o plataformas.
De acuerdo a lo arrojado por la contienda tras esas dos horas de “estricto” debate, hubo coincidencia una vez apagadas las luces de que los candidatos prácticamente mantuvieron su temple durante casi todo el trámite y que hasta se percibió un exceso de “formalismo” al momento de los duelos, ya que si bien se propinaron “chicanas” y se gesticuló hacia cámara -sobre todo al hablar sobre Derechos Humanos- no fueron tan contundentes al acusarse por las cuestiones en las que sí se vienen criticando en los spots de campaña, o bien cuando realizan declaraciones a la prensa.
Por otro lado y en cuanto al escenario de “tercios” con el que se viene presentando este comicio, se observó una marcada polarización entre un Massa que se mostró firme al plantear sus posturas y de un “calmo” Milei para dar sus respuestas durante el debate, sobre todo al momento de habar de economía, ya que Bullrich no logró introducirse con fuerza en los cruces planteados por sus dos inmediatos contrincantes, quienes -tal como se mencionara anteriormente- agotaron prácticamente el recurso de derecho a réplica en ese tópico para contestarse mutuamente.
Respecto a la performance de Schiaretti, hay quienes dicen que se notó una cierta “provincialización” en sus intervenciones y que en varios pasajes dejó la sensación de que se estaba dirigiendo al público de su provincia (Córdoba) porque hubo mucha autoreferencia al ejemplificar en temas de gestión.
Por otro lado, la representante del Frente de Izquierda ratificó sus propuestas sobre economía y derechos humanos, al tiempo que se apegó al grueso de los cuestionamientos que venía realizando contra sus competidores, lo que hasta le valió en un momento determinado que su apellido fuera tendencia en X (ex Twitter) por la frase propinada a Milei: “No es un león, es un gatito mimoso del poder económico”.
Es por ello que de cara al próximo encuentro (8 de octubre) se vaticina una contienda un tanto más “picante” que la primera: es decir, superada si se quiere la instancia “logística” que ensayaron los candidatos en esta primera velada para indagar acerca de las posiciones y el temple con el que se plantó cada uno frente al atril, ahora inevitablemente será el turno de corregir las debilidades que habrán apuntado los asesores desde la platea para “ir a fondo” con el único objetivo de marcar la diferencia puesto que, ahora sí, debería haber un claro vencedor y no un resultado tan “polarizado”.