Esta vez y contrario a lo sucedido durante el acto de asunción en diciembre pasado, el Presidente Javier Milei pronunciará su discurso -en esta oportunidad de apertura de Sesiones Ordinarias- frente a los senadores y diputados, pero con la particularidad de que no lo hará desde el escritorio de la presidencia de la Cámara Baja, sino sobre un atril que ya fue dispuesto a escasos metros de los primeros asientos en donde estarán sentados los legisladores.
Más allá de las distintas versiones sobre el contenido de su escrito, lo cierto es que poco -o nada- se sabe sobre el mismo, dado que que el primer mandatario es muy reservado en su intimidad aún con aquellos que lo tratan diariamente, a excepción de quienes se encuentran próximos a su pequeño “círculo de confianza” en el que están su hermana y secretaría General de la Presidencia, Karina Milei; o su asesor Santiago Caputo.
No obstante y pese a ello, sí se podría decir que el Presidente no podrá pasar por alto durante su alocución una serie de cuestiones que puede acusar que son consecuencia de algunas de las medidas adoptadas hasta el momento.
En ese sentido, resulta inevitable que no haga referencia a la “herencia” recibida en materia económica, fiscal y social, así como también que mencione -no se descarte que formule alguna denuncia al respecto- las presuntas maniobras de corrupción en el Estado que fueron echando a luz desde que asumieron, tales como el manejo de los planes sociales y las asignaciones de recursos por parte del Estado nacional a través de contratos que están siendo puestos bajo la lupa (como por ejemplo el reciente denunciado sobre los seguros en el que imputaron, entre otros, a Alberto Fernández).
De la misma manera y aún latente el conflicto con gran parte de los gobernadores por el tema de la coparticipación, tampoco se tiene que descartar que apunte los “cañones” en contra de la “casta” política, aunque también circuló la posibilidad de que pueda llegar a “moderar” el tenor de sus palabras cuando haga alusión a ello dado que si bien dijo recientemente durante una reportaje concedido al medio Financial Times de que no necesitaba del Congreso para salvar la economía, luego sí reconoció que “a largo plazo necesita” del Parlamento.
Es por ello que más allá de lo que se pueda aventurar en relación al contenido de su discurso, lo cierto es que Milei se encuentra encerrado en la Quinta de Olivos desde hace varias horas y a la vez sumido en el más hermético de los silencios mientras termina de darle forma al mismo.
En paralelo y a la expectativa de los dirigentes y personalidades que finalmente se hagan presentes hoy en el Parlamento a las 21 horas, se está diagramando un estricto operativo de seguridad en las inmediaciones de la plaza de los Dos Congresos, ya que tanto organizaciones políticas, sindicales y piqueteras como también seguidores del primer mandatario, avisaron que darán el presente para escuchar, cada uno a su manera, las palabras que pronunciará el líder libertario.