El mandatario pampeano entabló una compleja relación con el Ejecutivo nacional, producto de las idas y vueltas en su manera de hacer política. Críticas, elogios, reclamos, bromas, distanciamientos y acercamientos, son parte de las características que parecería esgrimir como técnica para relacionarse.
El gobernador de La Pampa, Carlos Verna, quien viene recibiendo duros cuestionamientos en su provincia tras ratificar en su cargo al ministro de Seguridad -Juan Carlos Tierno- luego de que la policía local emboscara y asesinara a un cazador furtivo en un camino rural, no mostró la misma determinación con la que tomó esa decisión para sentarse a negociar por la coparticipación junto al resto de los jefes provinciales que sí lo hicieron recientemente con el Gobierno nacional.
Por caso, el actual mandatario provincial, quien tras su paso por el Senado nacional en ocasión que gobernaba el kirchnerismo se mostró en ese entonces como “neutral” luego de acusar a la gestión de Cristina Fernández de haber tratado muy mal a los pampeanos (la crisis realmente se desató con el armado de las listas a legisladores, lo que hizo que renunciara a su candidatura para la gobernación), muestra hoy en día una actitud muy similar a aquella por la que ponía el grito en el cielo sobre la ex Presidenta.
Ahora, se podría decir, que entabló una suerte de relación “ciclotímica” con el gobierno de Mauricio Macri al que había tildado, a mediados de enero de este año, de unitario. “Macri habla de federalismo pero es unitario”, manifestaba en cierto tono discriminatorio en el marco de las primeras conversaciones entre las provincias y la Nación por la devolución de la coparticipación.
Sin embargo, a los tres meses de haber hecho esa aseveración, volvió sobre sus pasos al decir que hasta ese momento Macri le había cumplido con todo lo que habían acordado, y hasta reconoció mantener una buena relación con sus funcionarios.
No obstante y al igual que la vez anterior, la virtual “luna de miel” con la Casa Rosada fue parcialmente interrumpida por el pampeano en ocasión que el Presidente estaba próximo a viajar a sus tierras para realizar una serie de anuncios. “Que nos paguen los fondos adeudados y actualizados en las cajas jubilatorias de 2010 a 2015”, reclamó en tono combativo Verna, quien además le pidió al jefe de Estado que intercediera en el marco del conflicto que su provincia mantiene con Mendoza por el río Atuel.
Pero al poco tiempo y tras el arribo de Macri a La Pampa, el gobernador no sorprendió a esas alturas que girara otros 360 grados sobre su discurso para agradecerle al Presidente por ponerle condiciones a Mendoza para avanzar en la construcción de la presa Portezuelo del Viento, obra que zanjaría las diferencias entre ambas provincias por el cauce del mencionado río. De hecho, le confió luego a un grupo de cronistas que mantuvo una distendida charla mientras viajaba en helicóptero con el primer mandatario al decirles que hasta conversaron sobre fútbol.
La relación que comenzó con el pie izquierdo, luego compuesta; otra vez deshecha y nuevamente reflotada siempre por voluntad y humor del propio Verna, transitó por una breve primavera hasta los actos celebrados en Tucumán por el 200º aniversario de la Independencia, donde el mandatario pampeano intercambió hasta bromas y sonrisas con el Jefe de Estado al momento en que el primero firmara el Acta Histórica de la Independencia. “Firmá donde dice La Pampa, chicato”, le dijo en tono de broma Macri a un Verna que manifestó sobre ese momento que se había sentido desconcertado luego de que lo anunciaran como “doctor” y no “ingeniero” al momento de ser invitado a estampar su rúbrica.
Pero al poco tiempo de ese momento de chistes y distensión -como era de esperarse- todo quedó en el recuerdo: el gobernador pampeano, quien parecería haber quedado desconcertado luego de que un locutor confundiera su profesión, no ocupó su silla en la reunión que semanas más tarde los gobernadores mantuvieron en la Casa Rosada para continuar con las negociaciones por la coparticipación.
Si bien trascendió que su ausencia habría obedecido a cuestiones de salud, hay quienes dijeron por lo bajo que Verna habría quedado algo contrariado tras mantener una rencilla con su par bonaerense y protegida del Presidente, María Eugenia Vidal -de la cual tuvo que luego volver sobre sus pasos-.
Ahora y quizás en lo que sería un nuevo gesto de acercamiento, Verna accedió a la convocatoria del Gobierno nacional para reunirse con el gobernador de Mendoza en Buenos Aires con el objetivo de buscarle una salida al conflicto que ambas provincias mantienen por el río Atuel, dado que entre ambos distritos las diferencias son prácticamente insalvables.
Así las cosas, habrá que ver ahora cuáles serán los pasos a seguir que dará el mandatario pampeano: si preferirá continuar adoptando posturas al unísono para hacer política al estilo del candidato presidencial estadounidense republicano Donald Trump; o si pese a las eventuales diferencias que pueda llegar a tener con las administraciones de turno, se decide por anteponer el orgullo de su provincia por sobre el suyo.