Es cierto que existen cuestiones de suma urgencia a resolver. Nadie puede desconocer lo que implican las cifras oficiales de 15.000.000 de ciudadanos bajo la línea de la pobreza y 3.000.000 de indigentes.
Pero no menos cierto resulta la “enfermedad social” de la movilidad argentina cuya principal consecuencia representa la PRIMER CAUSA de muerte y lesión NO natural de los ciudadanos, mucho mayor aún a la resultante de actividades delictivas y que recibe mayor “publicidad” y consideración pública.
A esta altura de los acontecimientos, resulta cuanto menos “ingenuo” el argumento de que existen “prioridades” en la resolución de problemas: “hay cuestiones URGENTES”.
Las miles de vidas que se pierden por año en siniestros viales, los lesionados, los enormes costos asistenciales a las víctimas que sobreviven, las familias con historias “truncadas” son IMPORTANTES y es URGENTE evitar que se produzcan más y minimizar las consecuencias de la siniestralidad vial.
Usuarios, ¡profesionales y técnicos! y medios de prensa (voceros oficiales de la opinión pública) participamos de un ERROR CONCEPTUAL desnaturalizando la esencia misma de la definición de Estado, como comunidad organizada para atender las necesidades básicas de una sociedad.
Y no hay disculpa. Ese ERROR CONCEPTUAL es una verdadera estupidez… El Estado debe administrar soluciones a los problemas que el conjunto social presenta.
Como en un “cerebro” el conjunto de neuronas trabaja coordinadamente pero cada una se ocupa de una función específica.
Cuando sólo trabaja una neurona en un tema y todas las demás miran y opinan sobre ese tema y no se ocupan de lo propio, se dice comúnmente que estamos frente a un cerebro “uni-neurona” (porque a los efectos da lo mismo que sólo tenga una neurona). ¿No es acaso una necesidad básica de la sociedad el resolver un problema que le causa uno de los perjuicios más grandes en cantidad de vidas humanas baldadas (muertos y heridos física y psíquicamente) y enormes costos económicos?
Cuando como sociedad caemos en la “trampa” y justificamos que no haya una “neurona” ocupada en el problema, porque todas “miran y opinan” lo que hace otra con otro problema (llámese delincuencia, desnutrición, hambre, inestabilidad económica, dólar, deuda externa, etc, etc), estamos frente a un “Estado Uni-neurona”.
Hace ya muchos años (la misma cantidad que a otros países le insumió resolver el problema) que la sociedad argentina conoce la inseguridad vial que padece y hasta tuvo momentos de “lucidez” como el Pacto Federal (CONVENIO FEDERAL SOBRE ACCIONES EN MATERIA DE TRANSITO Y SEGURIDAD VIAL, suscripto entre el ESTADO NACIONAL, las PROVINCIAS y la CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES, con fecha 15 de agosto de 2007).
Es tiempo más que suficiente para que su “clase dirigente” (que se supone capacitada para ello) reaccione y comience a actuar decididamente en la materia.
Cada día que pasa hace más inútil y dolorosa la muerte de un argentino en un siniestro vial.
Cuando el Estado no considera el “problema”, se transforma en parte del mismo, agravándolo.
*DIRECTOR ISEV.