El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien en épocas electorales “peregrinaba” por las distintas localidades del Conurbano bonaerense alzando la bandera en defensa de pymes, las empresas locales y los “laburantes”, recibió una nota por parte de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) en la que se lo convocó a reconsiderar el proyecto de ley oficial de modificación de la alícuota del Impuesto a las Ganancias para sujetos de capital, el cual podría tratarse próximamente en el recinto.
“El incremento que propone el proyecto se suma a una presión fiscal en niveles récord para la Argentina, que lo es en términos efectivos mucho mayor para el sector formal, como lo es el representado por nuestra Entidad, considerando el alto grado de informalidad existente y que se estima en un 35% o más de la economía. Esta situación se agrava considerando la extensa crisis que ha provocado la pandemia en curso, cuyos efectos se han sentido particularmente en el comercio y los servicios, como la hotelería, la gastronomía y muchos otros”, advirtieron.
En efecto, desde la CAC estimaron que de no mediar correcciones en el texto del proyecto, se registrarán diversas situaciones adversas para las empresas argentinas de todos los tamaños ya que, por ejemplo, una parte significativa del sector empresario (en la medida que logre obtener ganancias) se verá alcanzada por alícuotas cercanas al 35%, más la retención del 7%, en el caso de distribuir utilidades a sus accionistas o socios; se desalentará la inversión, ya que la utilidad neta que pueda arrojar el proyecto se verá reducida por el incremento del impuesto; y se incrementará considerablemente la informalidad de las actividades económicas y del empleo, entre otras cuestiones.
“La flamante iniciativa incrementa la incertidumbre e impide al sector privado planificar a mediano o largo plazo, lo que es otro factor de reducción de la inversión productiva”, se remarcó en la misiva enviada tanto al titular de la Cámara Baja, como a los presidentes de los principales bloques políticos de ese cuerpo legislativo.
Ahora bien, resulta paradójico que uno de los destinarios de esa preocupación sea el propio ex intendente de Tigre, quien -como se dijo más arriba- basó gran parte de sus campañas electorales en la defensa del trabajo y de las compañías nacionales.
“Desde el 11 de diciembre debemos construir un acuerdo económico y social; plantear la reducción impositiva en materia exportadora de Pymes y garantizar el seguro de tasa. Debemos exportar trabajo argentino para generar los dólares que necesita el país”, había dicho en mayo de 2019, en el marco de una recorrida por una Pyme de Ituzaingó.
Incluso, dos meses más tarde de esas declaraciones -julio de 2019- ratificó su convicción de aliviar la prisión fiscal que pesaba sobre empresas y pymes con el fin de facilitar la producción para que se generen nuevos puestos de trabajo: “El desafío es poner en marcha un programa productivo en Argentina, que requiere reducción de tasas de interés y de presión tributaria”, mencionó, en esa oportunidad, desde una fábrica ubicada en Hurlingham.
Por consiguiente, debería al menos llamar la atención que en la actualidad y ya ubicado en una posición representativa dentro del organigrama del propio Parlamento, Massa no termine atendiendo la inquietud de un sector del que supo recostarse para cosechar adherencias en vísperas electorales.
Como se pudo observar en las últimas semanas y luego de superar en el mayor de los silencios el traspié por sus opiniones sobre los comicios de este año (había sugerido que se votaran las PASO y las generales en una sola jornada), hoy por hoy se encuentra nuevamente activo y abocado en su propia agenda, la cual hasta incluyó la realización de un asado en su casa para agasajar al flamante asesor especial de la Casa Blanca, Juan González.