El año se termina pero no así lo problemas para la administración de la Presidenta: pese a que desde Balcarce 50 concluyeron que la última manifestación recibida no fue tan masiva como lo mostrado por los medios y sus protagonistas, sí coincidieron en que terminó opacando el anuncio hecho días atrás respecto a la quita de ganancias sobre el aguinaldo. Ahora, se busca realizar uno nuevo, en busca del tan preciado oxigeno para recuperar la iniciativa.
Si bien el paro y movilización convocado por los líderes de la CGT y la CTA, Hugo Moyano y Pablo Micheli, arrojó postales de las calles de la Ciudad de Buenos Aires casi desoladas y con poca actividad comercial en las primeras planas de los principales matutinos, lo cierto es que en el gobierno nacional concluyeron de que en realidad no se trató de una acción tan exitosa, tal como la consideraron sus mentores.
La única preocupación, en todo caso, no radicó en la medida de fuerza en sí, sino en que a diferencia de otras manifestaciones “en contra del modelo” (como las del 13 de septiembre y 8 de noviembre, por ejemplo), quienes llevaron a cabo la del martes pasado supieron estar de la misma vereda -electoralmente hablando- en un pasado no tan lejano, y hoy lo están justamente en la contraria.
Asimismo, allegados a la Casa Rosada manifestaron que tanto en el interior del país como en el conurbano bonaerense no fue total la adhesión y que las protestas solo se concentraron en aquellos lugares neurálgicos donde normalmente se registra el intenso movimiento de los ciudadanos en ocasión que se dirigen a sus puestos de trabajo. De hecho, hicieron hincapié en que al término de las movilizaciones, los comercios volvieron a abrir y la gente salió nuevamente a las calles.
Sin embargo, admitieron que se tomó nota del acontecimiento pero que además se disparó un interrogante que a muy poco quedó de convertirse en preocupación: ¿cómo irá afectando esta seguidilla de protestas y reclamos a la imagen presidencial? Según supo Cuarto Intermedio, el gobierno nacional procurará redoblar “el fuego de artificio” con vistas al 7 de diciembre (día en el cual deben desinvertir los grandes grupos que tengan más licencias que las permitidas), ya que se avecinarán nuevos reclamos sindicales por los bonos de fin de año (encabezados por la incipiente alianza Moyano-Miceli), junto a una ofensiva de los medios de comunicación opositores donde se tomará “minuto a minuto” el pulso de la economía tras el fallo del juez neoyorkino Thomas Griesa, que ordenó a la Argentina el pago del cien por ciento de la deuda a los tenedores de bonos (esto incluye, también, a los denominados “fondos buitres”).
Por tanto y ya que estos últimos acontecimientos contribuyeron a que se licuara rápidamente el anuncio que había hecho la Presidenta en relación a la exención del pago del impuesto a las ganancias para la segunda cuota del aguinaldo en el caso de los salarios de hasta 25 mil pesos, ahora se intentará buscar otro momento propicio para lograr el tan necesario alivio: según trascendió, se pagará un beneficio o plus para los jubilados, de cara a las celebraciones de navidad y fin de año.