La limitación a dos mandatos había sido establecida en 2016, y durante más de doce meses los intendentes de todos los partidos políticos presionaron para conseguir un cambio a esa ley.
El proyecto fue inicialmente del peronismo, pero el gobernador Juan Schiaretti exigió a sus legisladores que consigan el apoyo del radicalismo, para evitar pagar el costo político por la sanción de una ley para entorpecer la renovación de los planteles locales.
El bloque Juntos UCR se mantuvo firme, pese a las presiones de los intendentes propios y del oficialismo, y no cedió ni siquiera un par de votos, como al final podía conformarse el peronismo para seguir adelante con la ley.
Los intendentes y jefes comunales que perdieron la posibilidad de ser reelectos son alrededor de 260: unos 170 del peronismo, 70 del radicalismo y el resto de otras fuerzas políticas.
Ahora habrá una mayor presión sobre las listas legislativas, ya que los intendentes que no pueden ser reelectos querrán integrar las nóminas para acceder a la Cámara en el 2023.