El canciller demócrata-republicano

Amigo personal de Bill Clinton, Gerardo Werthein tendrá ahora como funcionario de Javier Milei la misión de estrechar nuevas oportunidades con los Estados Unidos. Para tal fin, necesitará profundizar lazos con el partido republicano ya que varios de sus contactos políticos en ese país se correspondían con el ala demócrata. Por Cuarto Intermedio

El inminente desembarco de Donald Trump a la Casa Blanca -se producirá a fines de enero próximo- tiene por demás entusiasmado al Presidente Javier Milei, dado que ansía con ser el protagonista del relanzamiento en las relaciones bilaterales entre ambas naciones.

Por caso, al empresario Gerardo Werthein se lo pudo observar en este último tiempo muy próximo a Milei y Trump durante los encuentros que él mismo se encargaba de facilitar, aún previo a que hiciera su desembarco formal en el Gobierno nacional.

Sin embargo y pese a la expectativa en relación a las futuras reuniones de trabajo que se vayan a producir una vez que Trump tome las riendas de la administración de su país, vale recordar que el vínculo de Werthein con los Estados Unidos -al margen de aquellos relacionados a su actividad empresarial- no datan desde la vuelta del partido republicano al poder, sino que se remontan a épocas en las que la Casa Blanca era conducida por los demócratas.

Específicamente, el canciller supo cultivar una estrecha relación personal con el ex Presidente Bill Clinton, a quien no solo trajo al país en el 2009 para que ofreciera una conferencia, sino que hasta no dudó en acercarlo a la Quina de Olivos para que compartiera una comida con el entonces matrimonio presidencial, Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

A la vez y quizás como otro ejemplo de la muestra de la amistad que los une, no se pueden dejar de mencionar los gestos que tuvo para con la fundación Clinton Global Initiative tras haber donado generosas sumas de dólares en los últimos años, así como tampoco que fue el único argentino (junto con su pareja) que estuvo presente en la ceremonia de casamiento de Chelsea Clinton, allá por el año 2010.

Asimismo y como dato no menor, fue el propio Werthein quien propició un almuerzo que se produjo en noviembre de 2023 entre Milei y Clinton en la ciudad de Nueva York, donde hubo consejos, sonrisas y buenos augurios. No obstante y acaso como si se tratara de una paradoja del destino, la primera foto del flamante Presidente argentino electo con una figura de peso del país del norte no fue precisamente con Trump, a quien le venía expresando su incondicional apoyo para las elecciones, sino que terminó siendo junto a un ex mandatario cuyo apellido se encuentra fuertemente identificado con la vereda de enfrente a la de su amigo republicano.

¿El pasado lo condicionará?

En su flamante función como canciller tras el desplazamiento de Diana Mondino, Werthein tendrá entre sus principales objetivos “encauzar” la relación con los Estados Unidos, no solo para hacer honor a la amistad entre Milei y Trump, sino también porque se necesitará de su beneplácito el próximo año cuando se produzcan las negociaciones de un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

No obstante, al funcionario nacional le deparará una ardua tarea una vez que el equipo del mandatario republicano asuma sus funciones, ya que en principio será mirado de reojo por su conocida afinidad con el partido demócrata.

En ese caso y pese a que una de las razones por las que Milei se inclinó por Werthein para que liderara la Cancillería habría obedecido a la experiencia que éste supo cosechar a partir de sus relaciones con algunas de las más altas esferas de la política norteamericana, lo cierto es que allí reside un detalle para nada menor: muchos de esos contactos pertenecen a las filas del partido gobernante saliente…

Por tanto, resulta inevitable preguntarse si al momento de iniciar gestiones, las líneas telefónicas de la nueva administración de la Casa Blanca permanecerán abiertas de manera “irrestricta”, tal como lo imagina el Jefe de Estado argentino, o si por el contrario estarán deliberadamente “ocupadas” para una persona que hasta hace un tiempo atrás tenía poco “feeling” con el espacio republicano.