La compañía anunció que desde este martes 1° de octubre, la baja se verá reflejada en el surtidor en un 1% en las naftas y un 2% en gasoil, tras señalar que la devaluación y el aumento de impuestos impacta en un 3% en el precio final de los productos.
Tras haberse oficializado el incremento en el Impuesto a los Combustibles Líquidos, el cual se combinó con la devaluación mensual del peso, las estaciones de servicio fueron habilitadas, a partir del 1° de agosto, a modificar el valor de sus combustibles en el orden del 3 por ciento.
Apenas comenzado el mes de julio, las pizarras de las estaciones de servicio de todo el país modificaron sus precios tras una leve actualización del impuesto a los combustibles. En Capital Federal, por caso, el litro de nafta súper pasará a costar $941.
El Gobierno confirmó que diferirá la fecha en la que tendrá efecto la actualización correspondiente al Impuesto a los Combustibles al 1° de junio de 2024, con lo cual no se incrementará el precio de los mismos en mayo. No obstante, las compañías del sector decidieron subir en un 4% el precio en sus surtidores.
A la espera de que YPF haga lo propio, el resto de las compañías petroleras llevó adelante un nuevo incremento en el precio de sus combustibles promediando la jornada del pasado martes. Se trata de la tercer suba en menos de un mes.
Tras una reunión que encabezó el ministro de Economía Sergio Massa con los representantes de las principales compañías del sector, se acordó que tras el último incremento del 12,5% no se vuelvan a modificar los precios en los surtidores hasta el 31 de octubre.
En la antesala del encuentro que mantendrán con las autoridades nacionales para conversar sobre un nuevo acuerdo de precios en el sector, las compañías Shell y Puma avanzaron con la modificación de sus tarifas luego la devaluación del lunes pasado.
El Gobierno nacional autorizó una suba para el precio de adquisición del bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y de maíz, los cuales son destinados a su mezcla obligatoria con nafta. El plazo de pago no podrá exceder, en ningún caso, los 30 días corridos a contar desde la fecha de la factura correspondiente.
La suba se enmarca en el ingreso de los combustibles al programa gubernamental Precios Justos, el cual establece que durante los próximos tres meses los incrementos no podrán superar el 4%, mientras que en el cuarto mes tendrán que ser menor al 3,8%.
Sergio Massa y los representantes del sector acordaron un tope mensual de aumento por cuatro meses con el objetivo de estabilizar las expectativas inflacionarias. “Esta medida contribuirá a estabilizar el precio de los combustibles para llevar previsibilidad y alivio a los hogares argentinos”, destacaron desde el Palacio de Hacienda.