La Cámara Federal de Casación Penal afirmó que Luis D’Elía no estaba “defendiendo la democracia”, ni mucho menos “salvándola”, cuando el 25 de marzo de 2008 le pegó una trompada al dirigente ruralista Alejandro Gahan, quien se manifestaba en la Plaza de Mayo contra la Resolución 125.
“Tampoco tiene sustento la afirmación brindada en cuanto a que D´Elía obró con el fin de preservar el orden constitucional, todo lo cual a su juicio en ese momento histórico se encontraba en peligro”, sostiene el fallo.
Además, rescata que “si bien los pilares de nuestro sistema son preservar el orden constitucional como también la seguridad y estabilidad de las instituciones, no es menos cierto que existen también otros principios y derechos reconocidos por la Constitución que también deben ser respetados y que hacen a las bases de nuestra forma de gobierno y a la dignidad de las personas”.
La Cámara le reconoció al piquetero el mérito de la intención. “Aún cuando no puede desconocerse las nobles intenciones que alega D´Elía, esto es que su actuar estuvo motivado en el deber impuesto a todos los argentinos de defender el orden constitucional, objetivamente, la amenaza que el nombrado alegó y que intentaba repeler carecía de sustento ya que el suceso aquí investigado se trató de un caso aislado”.
Dice el fallo también: “En el caso, Gahan no era nada más ni nada menos que un simple manifestante como muchos de los ciudadanos que se encontraban ese día expresando su desacuerdo con ciertas políticas en materia de retenciones móviles, al igual que muchos otros ciudadanos. Es que, el damnificado no era nada más y nada menos que un ciudadano común haciendo un saludable ejercicio de sus derechos constitucionales”.