El juez de instrucción Mariano Scotto fue designado como nuevo integrante de la Sala Séptima de la Cámara del Crimen, el organismo encargado de revisar las decisiones de primera instancia de la justicia penal nacional de la Capital Federal y paso previo a la elevación de los procesos a la etapa oral y pública.
Se trata de un juez joven, de trayectoria en el fuero penal, pero resistido por sus pares en la Cámara de Apelaciones.
Los camaristas querían que el puesto vacante lo ocupara Gonzalo Rúa, un hombre muy cercano al kirchnerismo que había resultado bien calificado en el concurso número 251, que finalmente terminó ganando Scotto.
El nuevo camarista es integrante de una agrupación que se llama “Unidos por la Justicia”, en la que tiene una fuerte incidencia el diputado nacional bonaerense Francisco De Narváez y el macrismo, a través de Federico Pinedo.
En la Cámara, quienes resisten a Scotto, dicen que fue la “moneda de cambio” para que otro juez fuera designado en un juzgado clave: el federal número nueve. En ese juzgado fue designado Luis Rodríguez, un hombre también cercano al kirchnerismo en la Justicia, ungido pese a que hasta las organizaciones defensoras de derechos humanos a las que tanta atención les presta el gobierno lo rechazaban.