Una nota periodística -se supone que casualmente, también publicada por el diario La Nación- ha puesto en jaque al eterno Secretario Juan Estrada, que parece nuevamente contar con el inestimable apoyo de Miguel Angel Pichetto, titular de la bancada oficialista.
“Decile a Juan que se quede tranquilo”, fue la frase con la que la Presidenta dio por concluida una fuerte embestida contra Estrada por parte de Zannini y la tropa del “cuervo” Larroque que querían su cargo, basados en el contenido de una nota periodística del diario La Nación.
Tal vez debido a que la voracidad de “los muchachos” de La Cámpora no ha sido satisfecha y que Don Juan, hombre de consensos, no ha querido jubilarse y -como metáfora del peronismo de todos los tiempos al que tan bien representa-, se resiste a desaparecer, es que ahora deba enfrentar un nuevo embate.
Sabido es que a excepción de un par de hombres de su confianza que lo acompañan desde tiempos de la ANSES, Amado Boudou se encuentra totalmente rodeado de asesores y funcionarios puestos por Larroque. Las manifestaciones del Secretario Parlamentario “despegándose” de Boudou y las del Vicepresidente respecto a Estrada, merecen ser leídas con detenimiento.
Habrá que ver si los cuestionamientos que eventualmente reciba Estrada provienen de las propias filas o desde la oposición, pero por las dudas y rápido de reflejos, Miguel Angel Pichetto -otro que soporta muy bien el paso de la historia- se adelantó a todos requiriendo al Secretario Parlamentario que efectúe un descargo por escrito para aclarar las dudas generadas por la investigación periodística que lo vincula a delitos de lavado de dinero.
“Decile a Juan que se quede tranquilo”
Con esas palabras trasmitidas a Miguel Angel Pichetto, Cristina “bancó” al Dr. Juan Estrada como Secretario Parlamentario del Senado de la Nación, ante el embate de uno de los más cercanos colaboradores de la Presidenta.
La continuidad del Dr. Estrada como Secretario estaba asegurada desde hacía tiempo, pero una nota de Gustavo Ybarra publicada en La Nación el 12 de noviembre, enfureció a alguien con llegada a Cristina Fernández, que rápidamente propuso el reemplazo del histórico funcionario legislativo.
La verosimilitud de la citada nota descansa en la tarea casi docente que Estrada siempre desarrolló en ambas Cámaras y como custodio de la legalidad, toda vez que alguna norma o acto ha entrado en zona de conflicto interpretativo de los reglamentos o, incluso, de los preceptos constitucionales. Tarea reconocida por todos los bloques políticos.
Curiosamente, alguien que poco lo conoce y que rara vez se digna a hablar con nadie fuera de lo que se denomina la mesa chica de la Presidenta, puso en tela de juicio la lealtad de Estrada y lo sentenció.
Fueron los buenos oficios de Pichetto, jefe de la bancada oficialista de senadores -y la sensatez de la Presidenta-, los que pusieron las cosas en su lugar. Tras una charla, en la Rosada se escuchó: “Ese es un b… Decile a Juan que se quede tranquilo”.