Todos los años, absolutamente todos, escuchamos el mismo relato, formulamos las mismas preguntas, damos idénticas respuestas, planteamos el mismo dolor y nos excusamos de la misma manera…mientras (y durante todo el año, no sólo cuando más se difunde en verano) niños y adolescentes mueren, matan y lastiman utilizando cuatriciclos como “juguetes”.
¿RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES?. Claro que si. ¿Quién lo duda? Sin embargo esa respuesta NO resuelve nada.
Personalmente pienso que es una minoría muy reducida la de padres irresponsables. Y es la misma minoría que puede dejar armas de fuego al alcance de sus niños, la misma que los “abandona” a su suerte en la vía pública, la que los impulsa o se despreocupa que delincan, la que le “importa un rábano” que consumen o beben, etc., etc.
La enorme MAYORIA de los padres NO ES ASI.
El problema asciende otro escalón (y hay que hacerse cargo): ¿Qué hacemos como sociedad frente a ello?, ¿los distraídos?, ¿los escandalizados frente al suceso concreto, con el “dedito” admonitorio señalando al padre irresponsable?
Para los más “egoístas”: piense como se sentiría frente a la lesión o muerte de un hijo arrollado por un niño de 8 años conduciendo un cuatriciclo. Si, ya sé, algunos miraran al cielo y dirán: “Dios, ¿porqué…”, o “fue el destino trágico”. Discúlpenme, pero no pienso (no puedo) así.
Somos responsables porque lo TOLERAMOS como sociedad.
No accionamos, no presionamos, no denunciamos (o alguien va a decir que NO LOS VE).
Pero para ser medianamente justos, sí hay quien lo hace y numerosas instituciones lo han hecho.
Y ahí subimos con el problema a otro escalón: el de la sociedad organizada, es decir, el ESTADO (nacional, provincial, municipal). ¿Qué hace? Controles y multas y muestran estadísticas de ello.
“Nosotros hacemos operativos, demoramos y secuestramos este tipo de vehículos, mayoritariamente porque observamos que son conducidos por menores de edad”, detalló la funcionaria municipal (no hace falta decir quien, porque las declaraciones son siempre más o menos lo mismo. Cambia la voz, pero el relato es igual).
“En ese marco, en lo que va de enero se impidió el ingreso de 814 menores de 16 años que conducían ese tipo de vehículos, que en muchos casos son facilitados por sus familiares más directos”, añadió la Agencia Nacional de Seguridad Vial. En el caso del chico de 9 años fallecido, según la agencia, “el cuatriciclo fue facilitado en un sitio alejado de la Zona de Patrullaje y Prevención fijada por este organismo”.
Palabras más, palabras menos “la culpa es de los padres” (y así nos derrumbamos por la “escalera” y desembocamos en como empezamos).
El problema NO es este lugar (la zona denominada “La Frontera”), es todo el territorio argentino. No se accidentan sólo en la playa y en verano. En localidades de nuestro país van a la escuela en cuatriciclos.
Necesitamos una política pública en serio y específica en la materia que minimice el problema, para que este tipo de siniestro sea la excepción y no la regla.
Eso, por supuesto, si nos decidimos a NO TOLERARLO.
*Director ISEV