El director ejecutivo de la obra social de los jubilados denunció que se encontraron con casos de corrupción “gravísimos” en la entidad y que no sólo no se controlaba, sino que se usaba el control para robar. “Encontramos un PAMI al borde del colapso”, afirmó.
El titular del PAMI, Carlos Regazzoni, participó de un plenario de las comisiones de Personas Mayores, de Acción Social y Salud Pública y de Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia de la Cámara de Diputados, y allí denunció una serie de irregularidades con las que se encontraron en el organismo cuando asumieron.
“Encontramos un PAMI al borde del colapso como resultado de diez años de robo sistemático de los recursos de los más necesitados”, sostuvo el funcionario, quien remarcó que hubo auditorías que denunciaban estas irregularidades que fueron ignoradas.
A modo de ejemplo, el titular del PAMI recordó que cuando asumieron sus funciones encontraron 16 mil sillas de ruedas oxidándose en galpones y que no sólo no se controlaba, sino que se usaba el control para robar. “Así estaban auditorías millonarias que habían contratado… Durante diez años se montó una estructura de robo sistemático. El PAMI no fue una isla durante la Argentina de Lázaro Báez”, sentenció.
En ese sentido, contó que habían clínicas fantasmas que le cobraban al PAMI viajes en ambulancia facturados que nunca existieron, así como también prótesis por las que se pagaban cuatro o cinco veces más que su precio de mercado. “El PAMI es una herramienta de cambio extraordinaria y trabajando todos juntos lo vamos a poner de pie”, finalizó.