Se trata de los empresarios Gerardo Ferreyra, Mario Maxit y César de Goycoechea, para quienes los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi resolvieron que “el carácter excepcional y restrictivo de la tacha de arbitrariedad obsta a la admisibilidad del recurso intentado, toda vez que -independientemente del acierto o no de lo resuelto- en la decisión impugnada se expusieron los argumentos que sustentan el temperamento adoptado”.
El fallo subrayó: “analizadas las particularidades del caso, consideramos que la vía intentada no resulta admisible. En primer término, con relación a las distintas impugnaciones deducidas, cabe señalar que la decisión de confirmar la ampliación del auto de procesamiento ya dictado -Ferreyra- o la vinculación a proceso dispuesta por primera vez en estos actuados -Maxit y De Goycoechea-, así como la ampliación o imposición de los respectivos embargos no implican en sí mismas una resolución definitiva o equiparable a ésta”.
“Estimamos que las razones invocadas por la asistencia técnica de Maxit y De Goycoechea, que fueron particularizadas respecto de cada uno de ellos, no trasuntan circunstancias que permitan apartarse excepcionalmente de aquel criterio”, añadieron.
La inadmisibilidad de los recursos restringe la posibilidad de los imputados de llegar en revisión hasta la Cámara Federal de Casación Penal a un “recurso de queja”.