Durante el encuentro que se llevará a cabo en la sede gubernamental de La Plata, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, buscarán delinear una estrategia común de cara a la nueva etapa de la cuarentena que comenzará luego del 2 de agosto, algo que hoy por hoy suena difícil de vislumbrar dadas las posturas que vienen mostrando públicamente desde las dos administraciones.
Es que por el lado de la Ciudad de Buenos Aires, tanto Rodríguez Larreta como sus principales funcionarios vienen mostrándose convencidos de que a partir de próximo lunes se pasará a la fase 2 de las 6 etapas programadas para la apertura gradual de la cuarentena. De hecho y pese a los numerosos casos nuevos de la enfermedad registrados en los últimos días, confían en que se estaría llegando al punto de maduración o de estabilidad de la curva (hoy, por caso, retoman la actividad las peluquerías, una de las actividades consideradas de riesgo por la cercanía y el tiempo de interacción entre dos personas).
En cambio, por el lado de la Provincia de Buenos Aires, donde se llegaron a registrar un poco más de 4 mil casos de coronavirus en una jornada, son conscientes de la presión económica y social que hay en su territorio pero piden prudencia al momento de hablar sobre flexibilizaciones. Por caso, tanto el ministro de Salud provincial, Daniel Gollán; como su vice, Nicolás Kreplak, vienen advirtiendo a través de los distintos medios de comunicación que la Provincia de Buenos Aires corre riesgo de colapso sanitario e, incluso, vaticinaron que eso podría suceder a partir de la segunda quincena de agosto.
Con ese cuadro de situación en ambos lados de la avenida General Paz, parecería difícil imaginar que los mandatarios coincidan plenamente sobre cómo continuar con el aislamiento pese a que se esfuercen en mostrar cierto conformismo al término del encuentro.
Por tanto y al igual que la última vez, el Presidente Alberto Fernández deberá mediar entre ambas posturas y tomar una decisión política -más allá de la sanitaria- dado que el Gobierno porteño no estaría dispuesto a volver para atrás y, en el peor de los casos, se conformaría con mantener “la misma foto”.
Su par bonaerense, en cambio, apuesta a que de acá al viernes los indicadores evidencien alguna mejoría para rever la postura del peor escenario que vislumbran para mediados del próximo mes ya que, de lo contrario, no solo expresarían su oposición a nuevas aperturas sino que además no verían con malos ojos que se vuelvan a implementar algunas restricciones para contener el avance de la enfermedad.