En una jornada atípica, se aprobaron alrededor de 60 leyes, basados en proyectos tratados sobre tablas y sin dictámenes de comisión. El notable apuro fue consecuencia de acuerdos políticos entre los representantes de las distintas bancas en ambas Cámaras.
Lifschitz, como muchos anticipaban, vetó las leyes que consideraba inadecuadas o con detalles por ajustar, fundamentalmente por la asignación de recursos para cumplir con ellas.
En el paquete de leyes votadas total o parcialmente, hay temas que van desde la creación de tres escuelas, a la reglamentación y el contralor de la equinoterapia, pasando por una modificación a la ley de adopción, para acelerar ese procedimiento.
Algunos analistas locales observaron que no fue vetada una de las leyes más trascendentes sancionadas el año pasado: la que dispuso un cambio en la orgánica del Ministerio Público de la Acusación y del Servicio Público de la Defensa. Vale recordar que con la nueva normativa, la Legislatura puede remover defensores y fiscales.
La decisión de Lifschitz anticipa un año movido en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.