Acompañado por la vicepresidenta del Máximo Tribunal, Elena Highton de Nolasco; y los ministros Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, pronunció su discurso de apertura del año judicial 2019 bajo la atenta mirada de los integrantes de los tribunales superiores de justicia provinciales, así como también de camaristas federales y nacionales; y jueces de tribunales orales y de primera instancia, entre otros invitados.
“La Justicia argentina está frente a un gran desafío institucional que consiste en superar la crisis de legitimidad que nos afecta. Afortunadamente no es una crisis de legitimidad insuperable. Estamos a tiempo de revertirla… La legitimidad del Poder Judicial es esencial. Un Poder Judicial sin legitimidad pierde su razón de ser pues sin legitimidad un Poder Judicial no puede ser eficaz en la realización de sus fines característicos”, afirmó.
En ese sentido, señaló que toda crisis de legitimidad es en gran parte una crisis de confianza, y que los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial. “Hay dudas de que nos comportemos como verdaderos jueces de una democracia republicana. La solución requiere entonces que revirtamos esta percepción y, para ello, los jueces debemos mostrar, todos y todos los días, que sí somos verdaderos jueces de una democracia republicana”, enfatizó.
Asimismo, Rosenkrantz indicó que para comenzar a transitar el camino de regeneración es preciso internalizar algunas convicciones fundantes como entender que pertenecer al Poder Judicial no es un privilegio y que ser jueces o funcionarios del Poder Judicial no les confiere derechos sino que, por el contrario, les impone deberes y responsabilidades.
“El Poder Judicial es un poder que en todo Estado democrático y republicano se organiza para prestar el servicio de Justicia a la comunidad. Estamos para servir a la ciudadanía con una particular prestación: aplicar el derecho”, consideró el titular de la Corte, quien además mencionó que también tienen que entender que para servir a la comunidad como jueces no deben buscar el poder.
“Como he dicho varias veces, estoy convencido de que la percepción de que somos poderosos (por oposición a la de ser justos y rectos) no ennoblece sino que mancilla nuestra investidura”, agregó.
En otro pasaje de su discurso, mencionó que el Máximo Tribunal ha hecho avances significativos en el marco de una política de gobierno abierto y, por caso, nombró la digitalización que se llevó a cabo de los trámites de los expedientes que posibilitó, paralelamente, la creación de una gigantesca base de datos. “Esa base de datos contiene información empírica objetiva que, correctamente analizada, permite que seamos evaluados. En esa línea hemos impulsado hace unos meses la creación de un software para analizar los datos. La semana pasada publicamos los primeros resultados en la web de la Corte a los que todos pueden acceder”, recordó.
Por último, convocó al Poder Judicial a esforzarse en mostrar que son puntillosamente respetuosos de las reglas que el pueblo de la nación fijó para resolver los conflictos que les toca adjudicar, y que respeten únicamente esas reglas.
“La crisis de legitimidad, como dije, es en parte una crisis de confianza y la desconfianza creciente de nuestros ciudadanos en el Poder Judicial ha nacido en parte porque existe la sospecha de que servimos a intereses diferentes al derecho. Debemos mostrar que no es el caso. Que no nos servimos del derecho, sino que servimos al derecho… Los jueces debemos mostrar que somos refractarios a todo interés personal, ideológico, político y de cualquier otra naturaleza que no sea el interés de realizar el imperio del derecho”, concluyó.