“Vamos a sostener el aislamiento social en todos aquellos lugares en el que haya circulación comunitaria del virus. El resto del país seguirá en una nueva fase que se llama distanciamiento social obligatorio”, comunicó el Presidente Alberto Fernández al comienzo de su exposición.
Es que si bien gran parte del territorio nacional se encuentra transitando la fase final de la cuarentena a raíz de la caída de los casos positivos de la enfermedad -en algunos distritos hasta son nulos-, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra cerca del 90% de los mismos, razón por la cual hará que los permisos o las flexibilizaciones sean totalmente diferentes a las que se permitan adoptar a partir del próximo lunes en el resto del país, donde sí se pasará a esa instancia mencionada por el primer mandatario.
De hecho, en la antesala del anuncio presidencial se informó oficialmente que en las últimas 24 horas se registraron 929 nuevos contagios y que fallecieron 25 personas, totalizando de esta manera 608 decesos hasta el día de la fecha.
No obstante y pese al recrudecimiento de esa cifra, el Jefe de Estado accedió a que se puedan contemplar ciertas “excepciones” para los porteños y bonaerenses al confinamiento que ya va camino a cumplir sus 80 días.
En el caso de la Capital Federal, Horacio Rodríguez Larreta pudo hacerse de una bocanada de oxígeno -al menos por unos días- dado que recibió luz verde para habilitar algunos rubros comerciales (zapaterías, venta de indumentaria) que inexplicablemente hasta la fecha estaban impedidos de reabrir sus persianas, pese a tratarse de negocios de “cercanía” y de haber presentado los correspondientes protocolos sanitarios para poder volver a operar.
Asimismo y con el fin de levantar los “ánimos sociales”, se va a autorizar la realización de actividad física en un horario comprendido entre las 20 y las 8 horas; y se sumará un día más para que los padres puedan pasear con los niños durante los fines de semana. Por otra parte, también se permitirá que se puedan hacer oficios religiosos vía streaming: es decir, que se le facilitará el ingreso a su templo o iglesia a la máxima autoridad religiosa para ofrecer desde allí las ceremonias vía web.
En la Provincia de Buenos Aires, sin embargo, tanto la presión social y la de los propios intendentes más alejados del primer cordón del conurbano pudo más que los deseos del gobernador Axel Kicillof, quien en los últimos días se dedicó a advertir sobre los peligros que representaría relajar la cuarentena. De hecho, su propio ministro de Salud, Daniel Gollan, llegó a manifestar que si se decidía levantarla, “en 15 o 20 días se iban a empezar a ver las imágenes de New York, Italia o España, con los cadáveres apilándose en cámaras frigoríficas o geriátricos”.
“En la Provincia de Buenos Aires hay dos situaciones distintas. Una en el interior y otra en el conurbano”, enfatizó el mandatario provincial, al tiempo que confirmó que se implementará un sistema de fases para los 135 municipios de la Provincia, de acuerdo a sus diferentes realidades, para que se puedan ir habilitando una serie de paquetes de actividades autorizadas en cada segmento.
En ese sentido, remarcó que la última fase se dará cuando los municipios muestren que no registraron casos de contagios en 21 días, algo que ya viene ocurriendo en 61 del total de los mismos.