El titular de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Natalio Mario Grinman, expresó su acompañamiento a las medidas contenidas dentro del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) anunciado por el Presidente Javier Milei a través de cadena nacional, al tiempo que se mostró de acuerdo con lo planteado respecto a los “perjuicios” de un Estado omnipresente, y a la necesidad de desregular muchos aspectos de la economía local.
“En la CAC reiteradamente denunciamos las muy negativas consecuencias que tiene un sector público sobredimensionado. Un excesivo gasto público deriva en una presión tributaria desmesurada -que mina la competitividad de las empresas y bloquea la generación de empleo genuino- y en un déficit fiscal crónico que lleva a la emisión monetaria y a la inflación sin control, con los nefastos efectos que esto tiene”, manifestó el dirigente.
En esa línea, además, afirmó que la “excesiva” presencia del Estado en Argentina no se evidencia solo en los niveles de gasto, sino también en las múltiples injerencias que éste tiene en la vida de individuos y empresas, tales como regulaciones por doquier, trabas de diversa índole, regímenes informativos innecesarios y controles inconducentes, que les impiden desarrollarse y los condena a la postración.
“Es por eso que celebramos anuncios tales como la derogación de las leyes de alquileres, de abastecimiento y de góndolas, como así también la supresión del observatorio de precios. Asimismo, aplaudimos que se haya decidido implementar una modernización laboral, que nuestra Cámara tantas veces reclamó”, destacó.
No obstante, aclaró que no están en contra del Estado, sino que los argentinos necesitan un mejor Estado que haga lo que debe hacer, en línea con lo que prescribe la Constitución, y no un Estado que distraiga sus energías de lo que le es propio y se convierta en una máquina de impedir.
“Lamentablemente en las últimas décadas el Estado fue más un estorbo que un aliado para buena parte del sector privado. Los escandalosos indicadores económicos y sociales que registra Argentina demuestran que un sector público omnipresente no garantiza el progreso, más bien todo lo contrario”, completó Grinman.