En el marco de la jornada de paro y movilización convocada por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, se registró un lamentable hecho de amenazas en una zona de restaurantes del centro porteño que no tuvo adjudicatarios, pero si muchas sospechas…
Habían pasado ya algunos minutos de las 13 horas, cuando en la aparente tranquilidad recuperada tras los incidentes en el Café Tortoni, se registró otro episodio singular que dejó tanto a comensales como a empleados boquiabiertos: según le confió a este sitio web una persona que estaba a punto de almorzar en la zona del bajo porteño conocida como La Recova, unas cuatro personas descendieron de una camioneta (sin identificación o ploteo) y amenazaron a los encargados de los locales para que bajen sus persianas inmediatamente porque sino “romperían todo”. Atónitos y sin personal policial en las proximidades, los restaurantes se vieron obligados a acatar esa orden y lo propio tuvieron que hacer los clientes, quienes debieron retirarse raudamente.
“Bajaron cuatro tipos de una camioneta y amenazaron a los encargados de los restaurantes para que cierren rápido porque sino les iban a romper todo. A los quince minutos, ya no había gente en los locales y sus empleados cerraron las persianas”, le contó a Cuarto Intermedio un allegado que estaba esperando su almuerzo (y que obviamente debió interrumpir), quien además agregó que algunos de los allí presentes le adjudicaban ese hecho a seguidores del líder de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo. “Tras lo sucedido, se decía por ahí que esos matones eran de Barrionuevo. No obstante, el vehículo en el que se desplazaban no poseía identificación con ningún gremio”, agregó el testigo.
Resulta lamentable que, en una movilización convocada para reivindicar y reclamar por los derechos de los trabajadores, se los termine avasallando en ese mismo contexto de una manera tan cruel y hasta cobarde.